Independientemente de la edad o el nivel de los corredores de esquí, cuando se trata de entrenar, no hay nada más valioso que la nieve. Como saben los equipos de todo el mundo, este bien caliente (frío) es escaso, por no hablar de lo caro que resulta acceder a él durante todo el año. La búsqueda de la nieve ha llevado históricamente a equipos de todo el mundo al hemisferio sur, a los glaciares europeos y al Monte Hood para entrenar en verano y otoño. Cada vez más, los equipos alpinos de todos los niveles buscan también oportunidades de entrenamiento y cúpulas de esquí cubiertas, que son escasas en Norteamérica.